No me gustan los que a escondidas
cuentan su dinero;
los que se sacuden el traje
si los roza un pordiosero;
los que se juegan en el casino
el hambre de un pueblo entero;
los que trafican inocencia, pudor y desempleo;
no me gusta la gente que baja los ojos
para no ver el desconcierto;
ni los que perfuman con sudor y sangre
sus pañuelos;
ni los que mienten, ni los que
se apoderan de lo ajeno;
esa gente egoísta, prepotente,
no la quiero.
Me causa horror la gente
que bajo su lengua pone veneno;
y los que olvidan las raíces
del suelo donde nacieron;
no me gusta la gente que se olvida
de los pobres y se cree su dueño;
ni los que se " limpian el alma "
teniendo la basura dentro;
ni los bandidos, ni los arribistas,
ni los usureros;
ni los que se fingen muertos
para disfrutar el color del entierro;
ni los que reptan, ni los que se arrastran,
ni los cuatreros;
no me gusta la gente que irrespeta
los silencios;
ni los que se disfrazan, ni los encubiertos;
esa gente de plástico no está
con los que yo quiero.
No me gusta esa gente.
Para nada los quiero.
¡ Qué hermoso sería el mundo
si prescindiéramos de ellos !
1 comentario:
Un texto profundo, reivindicativo de la honestidad. ¡se produce tanto sufrimiento innecesario!
Te felicito por la fuerza de tus versos.
un abrazo, AdelA
Publicar un comentario