Escribe, digo a mi pluma,
escribe.
Y escribe versos tan tristes
que con el llanto, la pluma,
borra los versos que escribe.
¿ Qué haces, pluma,
qué haces ?
Deja que mis ojos te lean.
La pluma entonces,
de llorar deja
y es mi llanto el que los versos
deshace.
¡ Oh, pluma misericordiosa !
ocultando a mis ojos
los versos que escribe;
no quiere, mi pluma,
por piadosa,
que beban mis ojos
llanto tan triste.
No quiere mi pluma
que tanto dolor,
mis ojos vean.
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