Para mi amiga Irene, porque una vez de sus manos
o de sus manos una vez, recibí en pensamientos
ramos o en ramos un poquito de fe.
¿ Flores me diste o eran
cristalitos de esperanza
temblando entre la pujanza
de cada flor de violeta ?
¿ Fueron flores en desafío
o tuve en ellas tu alma,
o fue tu alma en las ramas
lo que me diste, Dios mío ?
¡ Ven, las violetas te llaman;
aún tirito; pero hay menos frío !
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