lunes, 17 de noviembre de 2008

DEUDAS


Qué terrible sensación
de desamparo
haciendo inventario
rígido con mis penas
y cobrándome,
caro y al contado,
la lista interminable
de mis deudas;
sin rebajas,
sin descuentos,
al precio encarecido
de mis pecados.
Súplicas sordas
no oyen el reclamo,
quejas mudas ajustan
las cadenas;
¡ sórdidos y horribles,
inconfesables pecados !
porque Dios, los oídos
se aprieta
y para no maldecirme:
¡ Se ha tragado
la lengua !

No hay comentarios: