viernes, 14 de noviembre de 2008

Equipaje



Traigo el polvo en los zapatos
y la piel sudando estrellas;
y en los ojos, bien guardados,
los últimos paisajes de mi tierra.
De adentro me brota el canto
de la gente de mi pueblo,
y la nostalgia cuando me marcho
y el ensueño cuando regreso.
Parto... y en el nudo de los puños
las uñas abriendo surcos,
para que por las grietas abiertas
se infiltren el sol y las palmeras.
Hay una ternura sin amarras
que viaja por mis venas,
desafiando las distancias
y haciendo nidos en la cárcel
de mis sueños;
y amanece;
y flamea;
en cada botón recién abierto.
Ni me sacudo el polvo;
ni apago las estrellas;
ni cancelo los recuerdos;
ni borro las imágenes en los pozos
de mis ojos;
ni acallo los himnos dentro de mi pecho;
ni me despierto del sueño;
ni restaño las heridas
para que sangren encuentros;
ni me despido;
ni renuncio;
¡Todo me lo llevo!
Quizás es, que no pueda;
seguro es, que no quiero.
En la adarga de mi puño
los aprisiono en silencio
y es mi equipaje al futuro
en mi nave del regreso.
¡Todo me lo llevo!
¡Y con todo yo me quedo!

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