miércoles, 3 de diciembre de 2008

HUELLAS


Para mi hermano, en la distancia.

El año nuevo te amanece
bajo otros cielos despierto
y en la orgía de tus sueños
un mundo nuevo te crece.
Tejes con lágrimas anudadas
escalas de vértigo placentero,
para cada centímetro de distancia
la montaña finita de tu regreso.
Y tú empuñas el escudo
de lágrimas en la garganta
para librar la batalla
de la nostalgia del mundo.
Y cuando el tiempo se oculte
en lugar de la noche plena,
entonces, seguro amanece
bajo la sábana del monte:
tu tierra.
Tu equipaje de abordo
habrá perdido talla y peso,
importa apenas el costo
de las estrellas en el pecho
si tú te guardas las huellas.
Cuando nos encontremos
con las pupilas del alma
ambos podremos leerlas.
Regresa el equipaje de sueños
encarecido en la jornada
mucho más ligera la espalda
pero pesado entonces el pecho.


7 de enero de 2007

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