Un día quise mirar la vida
y lo hice a través del espejo.
Miré de las cosas el reflejo
y restañé en silencio cada herida.
Descubrí que la imagen más dolida
no era la que ofrecía el espejo,
pues de mirar hondo en el reflejo
supe entonces de penas escondidas.
Un miedo interior veló mi vista
y con fuerza oculta destrocé el espejo
y desapareció al instante la imagen fatalista.
De nuevo miro la vida frente al reflejo
y se han multiplicado las penas ante mi vista
como grietas tantas tiene el espejo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario