lunes, 1 de diciembre de 2008
Flores muertas sobre la almohada
Entre los visillos azules
que resguardan la ventana
el sol hurta los espacios
y en haces tibios golpea la cara.
Se deshacen las flores del sueño,
se desparraman muertas sobre la almohada
y el corazón sangrante aún por la puñalada,
callado, enfurecido, ultrajado,
anuncia al compás de ritmo apagado
el maratón descalzo para la jornada.
Bajo los párpados cerrados
las flores del sueño, muertas, se desgranan;
como las palomas,
como los rizos,
como las nubes,
como la música:
¡Todo acaba !
La pupila hiere a la luz,
el cerebro enfurecido se irriga de la mañana;
y sacude del cuerpo las plumas
que durante la noche, la garra de las lágrimas,
le desprendió a la almohada.
¡ Así despierta del olvido del sueño
el que ha dormido lejos de la Patria !
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