viernes, 10 de mayo de 2013

UN MUNDO INCIERTO

  


 
El lirio amanece
oliendo a violín.
La guitarra despierta
cantando rosas y claveles.
Mi niña ha descubierto
un violín  que perfuma arpegio
y a una guitarra que desprende mirra.
La conferencia en el aula magna del cielo
fue ovacionada por querubines.
Una  encorvada figura se quedó en la butaca
esperando un beso a quien entregar el trofeo.
Allí se volvió pétrea con las flores entre las manos.
 

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