Guardo en mi garganta
todos los alaridos
de la humanidad.
Ahí te los dejo
en absoluto silencio.
Es mi herencia con alevosía:
Ensordecerás.
Cada uno de los silencios
atrapados en las redes
de los gritos contenidos
en el fondo de cada tormenta,
esperan por ti, no es venganza;
pero enmudecerás.
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