Mis labios tuvieron hoy
un arrebato de memoria.
Recordó mi boca la primera vez
que la tuya se comió la mía.
Tu sed era tanta que no podías
desprenderte de la humedad
de mis labios. Yo me sentía presa
de pánico de morir asfixiada.
Todavía el pudor quema la mejilla
de mi cara cuando después
del primer beso: nos abrazamos.
Aún mi cuerpo tiembla
y tu nombre es un secreto
en mi garganta.
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