Con mi isla bajo la piel duermo, despierto, amanezco.
jueves, 28 de octubre de 2010
Así de simple
Palidece el alma sin amor, sube hasta la cara el color de la muerte; en la oquedad de los ojos una tempestad presagia el fin del mundo. No se ha movido ni una hoja del árbol frente a mi ventana. La furia del tiempo devastó mis ojeras. No viniste. Así de simple.
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