Todavía duele la sinfonía
de la lluvia sobre el tejado.
Todavía cantan las venas
como guitarras tensadas.
Todavía ríen los ojos
ante el regalo de un niño.
Todavía llora el alma
ante los pies descalzos.
Todavía me amanece
en las ojeras desangradas.
Todavía beso los labios ajenos
dueños de mi boca juvenil.
Todavía sueño con mi país
en la distancia de los mares.
Si todavía vivo…¿Por qué
mi esqueleto castañetea?
¿Será que todavía me invento
la vida, porque los muertos
no conocen que hoy es todavía?
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