Tú y yo nos encontraremos.
Un siglo de besos iniciará
el año cero del primer abrazo.
Ese día, vamos a morirnos ambos
por las venas.
O quién sabe si las bocas
volverán a ser niñas
con las caritas encendidas.
Para amarnos, como al inicio del mundo,
habrá un eclipse de palabras
y en silencio la muerte
cantará para nosotros
la marcha nupcial.
Probablemente seamos piedras;
pero nos volveremos a encontrar
y tus manos alfareras
van a desvestir mi cintura de mar.
No nos vamos a tocar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario