lunes, 1 de noviembre de 2010

Corazonadas


Esta piel inmune
a la lluvia de espumas
floreció con un beso
a ras de miel.
Estas ojeras insomnes
ante la almohada deshecha
heredaron la resaca virgen
de la noche callada
en la esquina de una orgía.
Estas piedras de mis manos
tras los cristales de adioses
se volvieron palomas
con la canción de mi nombre
en el palco de tus labios.
Ya no quiero que te marches,
haz luna cada pensamiento
y sabrás entonces cómo amanece
mi almohada huérfana de fases.
Diluvio.
Han muerto de sed
todas las horas de besarte.
Bebámonos.

Antonia Blasa Martín Pérez(cubana)


Con este poema participo en el tercer Concurso de Poesía de Heptagrama

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