viernes, 13 de febrero de 2009
HOMENAJE
Mi homenaje no estará entre las rosas
que han de cubrir tu cuerpo hermoso,
no lo hallarán en los cantos de victoria
que escucharán tus oídos rotos.
Tampoco rezaré un rosario por el descanso
de tu alma que urge perderse
entre los montes del cielo.
Mi lágrima no ha de tocarte
en el pedestal de tu muerte,
ni temblará convulso mi pecho
aguardando la despedida.
Mi adiós se vestirá de acero
Y será el escudo presto
para la batalla póstuma
junto a los guerreros nuevos.
Mi homenaje silente serán los huesos
puestos en fila aguardando tu orden
para la conquista de otros eneros.
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