Parecía piedra incorruptible
el fragmento de mármol olvidado
bajo la espalda del cielo
y encima del pecho de la tierra.
Parecía carne la mano trémula
en búsqueda del sostén humillado,
se posó sobre el hielo con esperanza
y la fiebre del mármol fundió
todas las nieves de la distancia.
No hay testigos para la huella febril
de los dedos convulsos
sobre la piedra sobornada.
Solamente una lágrima
confundida con la hojarasca.
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