¡Oh, pies esclavos
encorvados sobre el plomo!
Es un milagro de cuento
las alas que te crecen
cuando un beso divino
te despeina el cuerpo.
¡Oh, paloma enjaulada
con los ojillos perdidos
tras sinsontes y romerillos!
Con la magia de un abrazo
desciende el monte a tus plantas,
se tornan de almendra los barrotes
y manantiales bajan
desde tus ojos.
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