Señora
divina, esculpa su figura de virgen
en este mundo enmascarado con oropeles,
construya un altar propio para los devotos
que se rinden a sus falsas profecías.
Regale
oraciones a los pobres, señora,
conceda milagros a los ingenuos
y hasta
permita procesiones por la callejas
de la aldea donde apareció su imagen “inmaculada”
y no olvide estampillas de recuerdo
para perpetuar las acciones ante sus fieles.
Pero no
deje olvidado antes de su partida al
infinito
- como mínimo-
dos de los pecados
que cometió en la Tierra:
Mantenga fe en Dios; porque no la querrá a su lado.
Amén.