El agua puede desdibujarse,
escurrirse sobre la piel y los muros.
Puede el agua filtrarse en los confines
y se queda quieta cuando la ciñen.
Presume el agua de la sutileza
conque se pierde bajo la tierra
y dice que puede ser tierna y violenta.
El pensamiento no presume:
-ni siquiera avisa-
vuela y mata con la delicadeza
del que acaricia.
Que nadie intente construir
un muro al pensamiento:
estallará en su cordura.