Yo sé de un corazón ardoroso
que en las noches se consume
cuando de latir presuroso
de hacerse fuerte presume.
Yo sé de un carácter sencillo
que en la soledad se endurece
cuando de sombra es el brillo
de tanta luz que carece.
Yo sé de una madre celosa
que en la inquietud se revuelve
cuando la mentira perezosa
de tanto engaño se tuerce.
Yo que carezco de todo
cuando a otros nada les alcanza
¿ por qué me hundo en el lodo
si de su hedor estoy hastiada ?
Corazón, prefiero el estero,
pero a mi amor de allí levanta.
No importa si cada día muero,
¡ haz que brille de nuevo su lanza !
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